La historia de las cabezas de moro tiene su origen alrededor del año 1000, en plena dominación árabe, en el barrio Kalsa de Palermo. Según la historia, una joven doncella siciliana pasaba los días cuidando las plantas de su balcón y el destino quiso que un día pasara por allí un joven árabe que, al verla, se enamoró perdidamente de ella. Aunque el sentimiento fue correspondido, ella desconocía que al otro lado del mar una esposa y sus hijos esperaban el regreso del Moro. Una vez descubierto, la doncella lo mató decapitándolo y, para tenerlo siempre consigo, hizo de su cabeza una especie de jarrón en el que plantó la albahaca. La planta, regada cada día con sus lágrimas, se hizo cada vez más frondosa despertando la curiosidad de los vecinos que, envidiosos, encargaron los artesanos locales de la fabricación de estos jarrones. Esta narración se desarrolla de año en año en los pequeños talleres de los artesanos sicilianos, donde nacen esculturas de diferentes formas y colores, cada una característica y tradicional. Aquí la marca propone una pareja de cabezas de moro en cerámica blanca con unos detalles en verde claro pulido que aportarán un toque de gran encanto y elegancia.
 
Detalles
Dimensiones
L. 26 cm - P. 26 cm - H. 40 cm